La lumbalgia o lumbago -dolor en la zona baja de la espalda-, es uno de los motivos más frecuentes de visita al fisioterapeuta. Por desgracia, en casi la totalidad de los casos, un paciente acude al fisio a solucionar su problema lumbar cuando éste ya está completamente instalado. La aparición de dolor es una muestra de ello.
La zona lumbar no tiene por qué doler; al menos si existe una buena higiene postural que evite la sobrecarga de las vértebras y los discos intervertebrales. La columna vertebral está dispuesta en forma de S. La columna lumbar constituye la última curva de esta S; a esta curvatura natural se llama lordosis lumbar.
La columna lumbar está formada por cinco vértebras que se caracterizan por ser muy robustas (ya que deben soportar el final de toda la presión que aguanta la columna), y al mismo tiempo flexibles. Los discos vertebrales y las vértebras lumbares permiten movimientos de flexión y extensión, flexión lateral y rotación.
Para comprender la importancia de una buena postura lumbar, debemos pensar que cuando nos sentamos sobre una superficie plana, el cuerpo se equilibra sobre los dos isquiones, esos dos huesos pélvicos que parece que «se nos clavan» al sentarnos. En este momento, nuestras vértebras lumbares están aumentando el peso soportado en un 40%. Además, al sentarnos, la curva de la zona lumbar se rectifica y se vuelve hacia atrás, rotando junto con la pelvis. Esta posición forzada, sostenida durante largo tiempo, como en el caso del puesto de trabajo o de los trayectos largos conduciendo, por ejemplo, es la que provoca daños en los discos vertebrales y dolor muscular en la zona lumbar por sobrecarga.
Los respaldos lumbares o reposaespaldas están diseñados como elemento de ergonomía que permite mantener una correcta higiene postural mientras estamos sentados. Su forma «obliga» a la columna lumbar a adoptar la curvatura adecuada, manteniéndola en su lordosis natural, distribuyendo el peso del cuerpo de forma más equitativa y aliviando así la presión sobre las vértebras.
Incluso cuando nos esforzamos por mantener una postura correcta al estar sentados (nuestros alumnos practicantes de Pilates ya saben cómo activar su musculatura abdominal interna para aliviar la presión sobre la columna), al permanecer largo tiempo sentados tendemos a movernos, adelantar el cuello para teclear en un ordenador y apoyarnos atrás para leer algo en la pantalla, etc.
El respaldo lumbar o reposaespaldas es como una plantilla para la columna lumbar, indicándole cómo debe colocarse y obligándola a mantenerse en esa posición.
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